La zona abisal es un área de profundidades mayores a 2.000 metros en la que reinan presiones de más de 200 atmósferas, en oscuridad total y con un margen de temperaturas de -1 a 5 ºC.
Las
famosas criaturas conocidas coloquialmente como calamares gigantes no son un
mito, sino que son seres magníficos capaces alcanzar dimensiones increíbles.
Los calamares gigantes pueden llegar hasta los 18 o 20 metros de longitud, y
pesar unas 20 toneladas. Uno de los mayores especímenes encontrados, por
ejemplo, resultó ser una hembra, apareció sin vida en un playa de Nueva Zelanda
en 1887, pero se han llegado a ver calamares de dimensiones un poco mayores.
Los tentáculos, ubicados sobre la cabeza, llegan a medir de 2,5 a 6 veces la
longitud del manto o saco visceral, y forman la mayor parte de la longitud
corporal.
Con
un diámetro de hasta 25 cm, el Architeuthis dux es considerado el animal con
los ojos más grandes, aunque se cree que el calamar colosal podría tenerlos aún
más grande. Estos ojos carecen de membrana córnea (ojos oegópsidos), igual que
las otras especies de potas y voladores, a diferencia de los calamares
verdaderos que la tienen.
Los
cefalópodos se distinguen del resto de los invertebrados por poseer un
complicado sistema visual. Tanto el sistema visual de los cefalópodos como el
de los vertebrados son un ejemplo de evolución convergente. Esto significa que
ambos grupos de animales son semejantes, pero su habilidad para ver se
desarrolló por separado en cada grupo. De hecho, si comparamos los ojos de un
calamar con los nuestros, encontramos notables diferencias en cuanto a su
anatomía. Tanto los calamares como los humanos tienen ojos simples, con
pupilas, iris y retina.